Descripción
El autor, un hombre adulto joven, presenta el cómo y el qué de los medios que utilizó para lograr
lo que considera su éxito en la vida: la realización de su deseo. El camino por el cual halló su
modo de hacer, no fue, no sin reflexión ni, no sin trabajo sobre sí mismo, además del loable
esfuerzo, para hacerse a un oficio, al suyo, al que correspondía con su deseo.
Enseña, el autor, cómo, cada sujeto en particular, es quien decide, en un momento determinado,
su acción y su vida, no sin el don que la vida le provee a quienes estén en su camino hacia el
logro. Tal es que, al relatarles este texto a unos amigos, cada uno recordó no sólo el momento en
que eligió, su rumbo, su camino y a quienes, pusieron el punto clave de su encuentro, sino que
comentó la frase, muy singular, el lema, por decir así, de su vida.
El uso de un lema particular, lo he encontrado también, en la literatura, en un personaje, que he
dado en llamar, el desesperanzado, pues, es el título de una obra de Álvaro Mutis, escritor nacido
en Bogotá, Colombia, la que, al seguirle la pista de las referencias que el autor allí nos regala, y
leer esas otras obras, me ha ayudado, no sin mi oficio, obviamente, a identificar, el perfil del
desesperanzado, ya no solo en las obras por el autor, citadas, sino en otras obras. Lo que me da
a pensar, que el ser humano, sabe el camino, y que lo ha estado diseñando, cercando, por
diversos medios: Arte, ciencia, religiones. Está en cada uno hallarlo.
Hay un sujeto humano que logra a más temprana edad que otros, el encuentro con su deseo. El
saber qué es lo que se desea es el paso más importante de la vida pues, es una elección y es una
decisión, digámoslo, inconsciente, pero de la que el sujeto en cuestión, tiene conciencia.
Dado ese paso, el sujeto humano, o mejor, la decisión así anudada, determina cada uno de los
caminos que en tal sentido, del deseo a realizar, han de recorrerse.
El autor Mark Fischer, presenta en su obra, de una manera espontánea, y humana, que llevará al
lector, a reflexionar, los caminos propios, tomados con miras hacia la realización de sus más
caros deseos. Enfatizo con especial importancia, el momento en que Mark Fischer, comenta,
haberse dado cuenta, qué puede y qué debe pedir. Y no pedir cualquier cosa para llenar el
estómago, o un fortuito anhelo, sino, algo supremamente más importante, una llave, una clave,
para la realización del deseo. La importancia de este momento, radica en el darse cuenta que
nuestro camino está en nuestras manos y que, no obstante, algo no nos marcha, algo no
sabemos, algo no podemos, pero que los otros existen, que los otros son como nosotros, que los
otros han pasado o, pasan, por dificultades semejantes a las nuestras, y que, entonces, al buscar
a quienes, según nuestro entender, han podido darle una solución a ese impasse humano, de
seguro, si acertamos en la búsqueda, recibiremos de tales personas, un don. Don mismo que,
Mark Fischer nos regala, a quienes logremos leerlo. Diciendo, con este último acto, el de hacer su
don, que también nosotros, hemos de devolver ese don, a la vida.
La mayor ganancia, del encontrarse con el deseo, y su realización, es la vida misma. Este es el
momento en que nos ganamos la vida, pues deseamos vivirla, a nuestro modo, con nuestra
singular manera de entenderla y por lo tanto de inventarla. Ganarse la vida, es entonces, el deseo
de vivirla, por haberla inventado, y en tanto que tal, transmitirla.
Margarita Mosquera Zapata
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